Todo deportista debe de asumir la posibilidad de que su carrera profesional se vea más o menos truncada por la aparición de lesiones. Por desgracia, lo hemos visto en muchas ocasiones. La mismísima Alexia Putellas se recuperó de su lesión de rodilla poco antes del mundial, pero no pudo mostrar su mejor versión. De hecho, para esta misma competencia varias estrellas brillaron por su ausencia.
Nombres de la talla de Mallory Swanson, Catarina Macario, Leah Williamson, Beth Mead, Vivianne Medema o Delphine Cascarino se quedaron sin poder defender la camiseta de sus conjuntos nacionales.
Por supuesto, en el fútbol masculino también pasa, como pueden ser los recientes casos barcelonistas de Ansu Fati o Pedri, pero también observamos carreras como la de Cristiano Ronaldo y Leo Messi, donde a penas hay lesiones y ninguna seria durante trayectorias de más de 20 años. Todo esto nos lleva a una pregunta: ¿sufren más lesiones las mujeres?
Los expertos apuntan desde hace tiempo que las mujeres corren mayor riesgo que los hombres jugando a fútbol. Investigadores aseguran que se trata de algo multifactorial como los cambios hormonales que implica el ciclo menstrual o la forma pélvica. En cualquier caso, es un aspecto que preocupa a los y las amantes del deporte.
Las roturas de ligamento cruzado (LCA) en las futbolistas se demora entre dos y seis meses más que entre sus homólogos masculinos. Entre algunas soluciones que se proponen entra la necesidad de entrenar en superficies adaptadas con calzados diseñados específicamente para ellas, así como las equipaciones o los balones.
El Proyecto ACL
Con todo esto en cuenta, no es de extrañar que las jugadoras del fútbol femenino pidan que se investigue a fondo este tipo de lesión, que en algunos casos supone punto final a la carrera profesional de las deportistas. Así ha visto la luz el Proyecto ACL, de sus siglas en inglés (Anterior Cruciate Ligament), gracias a varios socios colaboradores con la esperanza de generar un notable cambio a mejor.
El sindicato mundial de futbolistas FIFPRO, la Asociación de Futbolistas Profesionales, Nike y la Universidad Leeds Becket han sido los organismos que se han puesto de acuerdo para gestar un proyecto de 3 años de duración. En un principio, en el marco de estudio entrarán los 12 equipos de la Superliga Femenina inglesa.
Los responsables de investigación en el fútbol femenino han declarado que este tema lleva ya un tiempo siendo prioritario. Se trata de una lesión muy común a la que se le suma la creciente notoriedad del deporte y la fuerte demanda de mayor investigación por parte de las propias futbolistas.
Teniendo en cuenta ciertos estudios de la UEFA, en una plantilla de 23 futbolistas, es posible que se den 3 lesiones de LCA cada cuatro años. Los expertos también afirman que se conoce la gravedad de las lesiones de ligamento cruzado anterior a raíz de la llegada del fútbol femenino.
No obstante, el factor más importante que ha propiciado el aumento de este tipo de lesiones, es el aumento de la profesionalización del fútbol femenino. Es evidente que esto ha supuesto una carga de trabajo superior y unos calendarios con mayor frecuencia de juego.
Una metodología novedosa
Como señalábamos al comienzo del artículo, no se debe adoptar un enfoque único, sino que está demostrado que existen varios factores de riesgo en las mujeres. Al tratarse de una lesión multifactorial, es necesario entender tanto el entorno holístico como las condiciones de juego.
El Proyecto ACL tiene en cuenta los programas de investigación y reducción de lesiones ya realizados, los recursos de cada equipo y los accesos a las instalaciones. Además, seguirá de cerca todo tipo de factores como la carga de trabajo y los desplazamientos de las futbolistas.
Como novedad en una iniciativa de estas características, se tendrán en cuenta a las propias jugadoras. El Proyecto ACL quiere escuchar y comprender las experiencias y percepciones de las protagonistas de este deporte y el entorno en el que trabajan.
Un caso llamativo es el de Lucy Bronze, jugadora del FC Barcelona y de la selección de Inglaterra. La defensa llevó a cabo su tesis en la Universidad Metropolitana de Leeds sobre las lesiones de LCA en el deporte femenino y ha puesto de manifiesto la necesidad de investigación acerca de la grave lesión y el apoyo de las deportistas a esta causa.
Se trata de una de las lesiones comunes con mayor tiempo de recuperación. Las consecuencias son muy graves para una futbolista, consciente de que, si padece esta dolencia, se perderá el próximo torneo, el final de temporada o la final de la Champions League o la Copa Mundial. Las citas más importantes en la carrera de una futbolista.
Pero, tristemente, no todo lo malo es el tiempo de recuperación, sino que, a la vuelta a los terrenos de juego, existe una expectativa. Es difícil regresar al mismo nivel previo a la lesión, por no hablar del mejor nivel.
El cuerpo cambia tras una cirugía mayor y cada persona la asimila de forma diferente. La afición también es exigente y la mayoría desconoce este proceso. Además, una rotura de LCA hace que la futbolista sea más susceptible a repetir esta lesión que cada vez se vuelve más severa y puede provocar artrosis en la rodilla en etapas posteriores de la vida.